IZQUIERDA DE CAVIAR Y BUTIFARRA

Por vecindad, lo más parecido a la «gauche divine» francesa que ha habido en España se dio precisamente en Cataluña, en una etapa ya completamente sepultada por el avance a coces de esa otra izquierda butifarrera, la que escandaliza estos días a la opinión pública a bordo de berlina oficial «tuneada» y con escabel.

Escribe Blanca Torquemada en ABC que en un tiempo ya casi olvidado, que expiró mediados los 90, la progresía catalana era otra: refinada, exquisita, discretamente viscontiana y, a menudo, adinerada.

«Izquierda caviar» palmariamente inconsecuente con sus ideales de igualdad y austeridad, pero, al menos, ilustrada. Cada verano se dejaba mecer por el suave oleaje de la Costa Brava en el legendario «suquet» del cineasta y diputado de IC Pere Portabella, una cita ineludible en la que, al calor de una sabrosa sopa de pescado (el «suquet de peix»), se convocaba a lo más granado de la política, de la empresa y de la sociedad. Nadie faltaba.

DECENAS DE ENCHUFADOS SE FORRAN EN LA AGENCIA GALLEGA DE EMERGENCIAS
El bipartito formado por el PSOE y el BNG se dedica a cuidar de familiares y amigos con grandes sueldos a costa del erario público. Es el caso por ejemplo del gerenete de la Agencia Gallega de Emergencias. Supone un gasto de cerca de 8.000 euros al mes.

El coste anual del gerente alcanza los 95.760,00 euros; se trata de un contrato de alta dirección, pero no es el único que se está poniendo las botas. El secretario general maneja la imponente cifra de 67.768,42 euros.

En el departamento son decenas de cargos los que disfrutan de grandes sueldos. En total, la Agencia Gallega de Emergencias gasta en este capítulo 501.408,00 euros. Al menos durante la crisis podrían tener la decencia de no subir más sus abultadas nóminas.

LA XUNTA MINTIÓ SOBRE LA REFORMA FARAÓNICA EN EL EDIFICIO DE PRESIDENCIA

La Xunta mintió cuando intentó justificar por un fallo eléctrico la reforma de más de dos millones de euros del área de presidencia. Según el Gobierno de Touriño, la remodelación se aprobó el 7 de diciembre de 2005, pero la verdad es que las obras ya obtuvieron el visto bueno el 17 de noviembre, casi un mes antes, y además se decretó el secreto en la reforma por unas “especiales medidas de seguridad”.

Pese a las excusas y justificaciones del Gobierno gallego ante el escándalo, no puede ocultarse que Touriño se propuso modificar las dependencias de la Xunta, que denominó “puesta al día de la decoración y el mobiliario”, en cuanto llegó al poder, aunque desarrollaría su labor desde Monte Pío, según publica lanacion.es.

La ocultación de facturas, los ingentes gastos adicionales y las mentiras de la Xunta siguen alimentando la polémica gestión de Emilio Pérez Touriño, quien, por su parte, se queja de una “campaña de desprestigio orquestada contra mí”.

LA LUJOSA "EMBAJADA" DE LA XUNTA EN URUGUAY

Es tiempo de crisis, y sin embargo, el mensaje parece que aún sigue sin calar en algunas Administraciones públicas que recaudan y manejan el dinero de los contribuyentes.

Mientras los ciudadanos siguen recibiendo consejos de todas partes para lograr estirar los sueldos, el presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, después de haber despilfarrado gran cantidad de dinero en «caprichos» como la remodelación de su despacho y la adquisición de coches de lujo, ahora escenifica su preocupación por la crisis económica aplazando el viaje que tenía previsto hacer a Argentina y Uruguay, a mediados de noviembre, donde iba a inaugurar una sede de la Xunta en Montevideo.

Cuenta C.S. Macías en La Razón que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, propuso a Touriño que no se abrieran más sedes administrativas «para colocar a cargos del PSOE en la emigración» y abogó por paralizar la apertura de la nueva delegación.

Y es que los populares estiman que sólo el sueldo del delegado de la nueva sede en Montevideo saldrá por una cifra superior a los 90.000 euros, lo mismo que cobra ahora la delegada de la sede abierta en Buenos Aires, sin contar el personal que trabajaría en la nueva delegación, que cuenta ahora con unos quince o veinte funcionarios.

La sede en Argentina se extiende en una superficie aproximada de 1.000 metros cuadrados y ocupa las tres plantas de un céntrico edificio de oficinas. Por ello, la Xunta paga un alquiler mensual de más de 10.000 dólares (7.714 euros), a lo que hay que sumar los gastos de comunidad y funcionamiento de la oficina (gastos de agua, luz...).

Aunque el presidente gallego no viaje a Sudamérica, la sede de Montevideo se pondrá en marcha y estima que supondrá un gasto similar a la ya abierta en Buenos Aires, para la que Feijóo volvió a pedir su cierre con el fin de no derrochar más dinero, además de pedir al presidente gallego una «austeridad real». «Si fuera por la crisis, no volvería a viajar en todo el mandato», dijo.